Testimonio  (1965)

CARTA A MI HERMANO MUERTO

Vía del recuerdo
Favor entregar enseguida,
-van lágrimas-

 

Alejandro, hermano mío:
con esta voz recién forjada
y esta sangre de fresca melancolía
llego a tí, precisamente hoy,
16 de Septiembre,
cuando cuatro lustros
golpean mi tristeza
anunciándome la existencia
de la pena.
Como presiento pasarás distraido
recortando pedazos de cielo,
sacándole brillo a los astros
o poniendo en orden las últimas estrellas,
únicamente hoy, por ser mi cumpleaños,
te envío esta misiva,
Yo, que creía
que los hermanos no deberían morirse
y que tu dolor
no era más que el dolor del mundo,
tuve que crearme y alimentar la idea
de que en busca de alboradas nuevas
te mudaste al otro lado de la vida
Quizás allá la sangre no cueste tanto
y hayan mujeres honradas todavía,
quizás no existan siglos epilépticos
que engendren años de locura,
y hasta es posible
que los hombres sean ingenuos como niños
y que éstos tengan mas de nueve meses de alegría

 

Que acá,
la vida sigue formada
por niños que nacen ciegos y sin apellidos,
por hombres que quieren destruir
su estructura de hombres,
y mujeres que están siendo víctimas de la histeria

 

Por eso,
como los pájaros me hablan en su idioma
y los satélites no han dejado de informarme
sobre tu existencia allá en las alturas
te ruego no saques pasaporte de regreso
hasta que deje de ser
la justicia una mercancía,
hasta que deje de ser
el hambre
pan de todos los hogares.
Finalmente,
mi buen Alejandro,
te pido no olvides de ir
en uno de estos sábados,
que Dios da audiencia a los suicidas,
a decirle que mi madre
te llora todavía.

 

1964

Publicación Recomendada por el VI Jurado Calificador del Concurso Poético “Ismael Pérez Pazmiño”.