La Llaga Insomne (1967)

LA CHOCOLATERA

Es un caracol insomne.  Gigantesco.  Acostado frente al mar y en el lugar preciso donde las olas hacen escala, después de su peregrinaje.

Tiene su canto una sonoridad tan grande como que sale de una garganta enorme.  Y así es ella, la Chocolatera, instrumental, eterna, vibrante.

Parece haber sido, en sus orígenes, el corazón de algún navegante náufrago, hoy petrificado por el tiempo.

Púsole el mar su encanto arenoso y le enseñó la sobervia que sus entrañas llevan.  Desde entonces, y como el mar tiene algo de humano, cada latido de la Chocolatera parece una protesta.

Quien ha estado cerca habrá admirado, frente a la mansedumbre de los crepúsculos, la confluencia de pasiones que la Chocolatera revela en el filo de cada roca.

La espuma del recuerdo es una blanca huella del impacto de las olas.

Los riscos somos nosotros.

1966